Mariposa
Ciertamente, entonces, sonreíste,
como quien emprende un viaje por algún lugar,
alejada de mí, y sin embargo más cerca,
como para grabar tu imagen en mis ojos.
No te olvido, tú, de púrpura,
alta, erguida,
tembloroso tu cuerpo todo bajo los suaves rayos
como una mariposa suspirando.
Sólo alrededor del sitio donde estabas
los árboles en flor se aquietaron, se hicieron trasparentes
y alejaron la ciudad del polvo y las multitudes.
Ciertamente, entonces sonreíste.
Desde ese instante permanezco inmóvil y maravillado,
tratando de recordarte con aquella sonrisa.
Ando Ichiro
Alberto Girri, Versiones, Corregidor, 1974

Marzo - Abril
De la mano de quien
el verano se fue y su fiesta
de mariposas sobre charcos.
Detrás de una nube, polvoriento
maduró la vuelta hasta atontarse
un vaho de moras y de mosto.
A campo traviesa sábanas de lino
se desperezan del olor celeste
y el verano hoy no es más
que una borrachera corta.
Estampado al borde de los labios.
Elisa M. Salzmann, La Pendiente, Ediciones del Dock, 1993
