lunes, 12 de octubre de 2009



La consecuencia


Esto es un árbol. La raíz dice raíz,

rama cada rama, y en la copa

está la sala de recibo

de un mirlo que habla.


La mesa donde escribo

—una fiesta de solteras—

está hecha de madera de ese árbol

convertida por el uso y por el tiempo

en la palabra mesa.


Es porque da frutos que caen

y por el gremio perenne de sus hojas

que se renueva el árbol

y que existe la palabra árbol:


aunque a veces el bosque

lo oculte a la vista, lo contiene

el árbol en la palabra árbol.


Y no es que éste sea un poema abstracto.

Es que las palabras se repiten entre sí

por el sentido: son solteras y sociables

y de sus raíces crece un árbol.





Mirta Rosenberg, El arte de perder, Bajo la Luna Nueva, Buenos Aires, 1998


objeto por Lidia Dalmau, Barcelona