
Me senté a tomar
y no advertí el atardecer.
Los pétalos caídos
llenaron los pliegues
de la ropa.
Ebrio, me levanté
y fui hasta el arroyo
iluminado por la luna.
Los pájaros se habían ido,
también los pocos hombres
que quedaban.
versión de un poema de Li Po