miércoles, 30 de septiembre de 2009

H.D. - Belleza americana 1



En Baja

Debí haber imaginado
en sueños que traerías
algo encantador, peligroso,
orquídeas apiladas en una gran caja,
como quien dijera (en un sueño),
te envío esto,
yo que dejé sin besar
las azules venas de tu garganta.

Por qué fue que tus manos
(que nunca agarraron las mías),
tus manos que yo podía ver
deslizarse sobre las corolas de las orquídeas
tan cuidadosamente,
tus manos, tan frágiles, que de seguro levantarían
tan suavemente el frágil elemento floral;
ah, ah, cómo fue
que nunnca enviaste (en un sueño),

la forma misma, el perfume mismo,
no pesado, no sensual,
pero peligroso... peligroso...
de las orquídeas, apiladas en una gran caja,
y por debajo envuelta en brillante pergamino
alguna palabra;

Flor enviada a una flor;
para manos blancas, pétalos menos blancos
y menos encantadores

o

de amante a amante, ningún beso,
ningún contacto, sino eternamente esto.









William Shand y Alberto Girri, Poesía Norteamericana Contemporánea, Bibliográfica Omeba, 1966

sábado, 26 de septiembre de 2009




Soñar con los angelitos

voy a amarte un tiempo más
me temo

igual por las noches
salgo a comprar cerveza
seduzco muchachitos
los traigo a casa y les hago
su jugo de naranja en la mañana

dormiría bien entre sus cuerpos
pero habría que acostarlos todos juntos
sentarse un rato en cada uno
hasta que el sueño venga para todos




Carla Sagulo, El vino de la casa, Ed. Vox, 2007

miércoles, 23 de septiembre de 2009


9
y otra vez fuiste una mariposa
de grandes alas escarlatas
oh y en las siestas estallantes
tus ojos eran rogativas
y yo cazaba en los cerrillos
animales de frentes tristes
para que soltaran los fogones
chillantes flores coloradas
chisporroteaban en las cavernas
los tremolantes corazones
otra vez fuiste un chamal blanco
sobre mi pecho con cicatrices
fuísteme un beso neblinoso
una centella desgranándote
oh y en la lengua de la tribu
hablabas tímida con el cielo
y ahora estás entretornada
y largo estoy ensusurrándote
piedras azules pasan volando
y en lo entreoscuro somos polen







j.c. bustriazo ortiz, unca bermeja, 1973. Editado por la Extensión Cultural de la UNLPam en 1984. Gracias a Cabono Proyecto por mandarme el material en el 2005.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Industria Argentina II




Cocina


Restriego manchas,

no mugre,

no es el tiempo.

La tarea es lenta, la superficie

tiene que quedar intacta. Pienso

y escribo al ritmo circular

de la máquina

mansa,

con restos de líquido, polvo, huellas,

gotas de producto. Los cigarrillos se consumen

y el té se enfría, me olvido de ellos, no

hay música,

el movimiento es concéntrico,

mi pensamiento se frota

alrededor de - en contra de,

flota como un cuerpo que descansa en el mar

sin poder desprenderse.



Eli Tolaretxipi, El especulador, inédito.


miércoles, 16 de septiembre de 2009

Uno de Li Po


Bebiendo solitario a la luz de la luna

Con un vaso de vino
entre mis manos
paseo en medio de las flores
de mi jardín.
Como estoy solo, levanto mi vaso
e invito a la luna
a beber conmigo,
que junto con mi sombra
ya somos tres.
Pero la luna nada sabe
de la dicha de beber
y mi sombra sólo atina
a seguir mis pasos.
No obstante, acepto la compañia
pues debemos disfrutar de la vida
en tales momentos.
La luna vaga errante mientras
entono mis canciones.
Mi sombra anda a los tumbos
mientras yo bailo.
Juntos tomamos mientras
estoy sobrio,
me alejo de su compañía
cuando estoy ebrio.
Quisiera que desde hoy
siempre estemos de fiesta
y nos podamos reunir en el
Nuboso Río de las Estrellas.





Raúl A. Ruy, Poetas chinos de la Dinastía T'ang (618-906), Hachette, 1977.

domingo, 13 de septiembre de 2009





***



***





La Costa

La imprudencia,
la imprudencia,
la falta de billete ante el puesto de revistas,
las mesas de las parrillas que ocupan la vereda nos deprimen,
la chica que atiende el puesto de marrón
pone Reincidentes a todo volumen.

En ojotas por las góndolas no se puede caminar,
las hebillas de moda no paran, no sirven,
no agarran bien el pelo.

La carreta carga-garrafa está construida
con una cuna de bebé oxidada y llantas de playera
celeste que le adosaron.
El kiosco es un problema compuesto;
pistolas de agua, patos que se inflan, colgantes de hello
kitty marinera, hello kitty escritora, hello
kity musulmana;
todas las hello respetando a la kioskera
que tiene un retraso mental de trece.
-No me vas a cobrar dos pesos, me vas a cobrar solamente uno si
cargué tres termos a la redonda
y no pagué más que una moneda...


Paseamos por el bosque que alquila caballos.
Es de una lógica milenaria
haber decidido domar a los caballos pero para nosotras
está claro, está a la vista
que hay un problema y es de tamaño.

Hacemos una caminata de dieciseis kilómetros para el lado de
Mar de Ajó,
para el lado de la lluvia intermitente,
para el lado del castillo en proceso de evaporación.
Las niñas son las sirenas,
los niños son los bomberos.
Las madres aplauden a los niños
que los padres llevan en hombros.

Hacemos una caminata de veinte kilómetros para el lado de
Mar de Ajó,
para el lado de la lluvia de hecho,
para el lado del hotel enorme con forma de cubo platinado
que tiene pedicuría, tiene cine y tiene spa,
no sabemos suponer si a sus huéspedes
les intriga salir al balneario.




Paula Peyseré, Las Afueras, Siesta, 2007.

jueves, 10 de septiembre de 2009




Música sueca

K.J.

Cuando la nieve cubre el mar y el crujir del pino
deja en el aire más honda huella que el trineo,
¿a qué azul pueden llegar los ojos?, ¿a qué silencio
puede caer la voz desamparada?
Perdido de vista, ignorado, el mundo exterior
ajusta cuentas con la cara, como con un rehén de Mameluco.
...así en el fondo del océano fosforescea el calamar,
así el silencio se embebe de la entera rapidez del sonido,
así ya basta una cerilla para poner el fogón al rojo,
así, tras el latir del corazón, el reloj de pared,
al detenerse en éste, seguirá andando en el otro
extremo de la mar.

[1978]




Joseph Brodsky, No vendrá el diluvio tras nosotros. Antología poética (1960-1996). Galaxia Gutenberg, 2000.

martes, 8 de septiembre de 2009



El talismán

Después de la tormenta
te vi tomar una de
las piedras de hielo
y caminar rumbo al contorno
sombrío de la casa

Ponés la piedra
dentro del congelador
donde yo me asomo
a ver cada tanto aquel
resplandor crepuscular






José Villa, Camino de Vacas, Ed. Gog y Magog, 2007.

domingo, 6 de septiembre de 2009







Cada copo de nieve

Cada copo de nieve dibuja su propio nombre
no en el cielo ni en la tierra sino en este papel.
Cada copo de nieve, éste también,
en este barrio pobre, se dibuja
no en la tierra severa del camposanto
ni en los páramos escarchados sino justo acá
en este papel donde te siento
y donde me siento al lado tuyo.

Nada se mueve, ¿cómo podría?,
porque la estrella más lejana está tan cerca como mi mano
que apoyo contra la frente, los años luz
pertenecen a otra cosmología, a la que
querría separarnos.

Tengo en mi palma tantos
universos como hay estrellas en el cielo,
tantos puntos infinitos, imágenes.

Las urracas vuelan alrededor de la copa del abedul
como si fuera un grabado en una nube.
No vuelan, respiran como vos
en un barrio pobre en los brazos de un poeta pobre,
siempre en el mismo punto.



Tomi Kontio, Anobium Pertinax, Black&Vermelho, 2006.

jueves, 3 de septiembre de 2009



En la arena mojada una silla de madera
recibe por intervalos una fina capa de agua
cerca de ahí
un hombre mira la escena con la cabeza vacía
cerca también
su mujer le habla con calor y la piel bronceada
inmediatamente
el contraste de su voz y una línea de viento
le recuerdan que en otro lugar
otra mujer se acaricia y se desnuda con lentitud.

La ola regresa
y es otro el objeto que se interpone.




Sobre la curva de la arena
el calor
distorsiona las imágenes que separan a los turistas;
algunos
caminan hacia la orilla
para mirar el cuerpo que acaban de sacar del agua,
con tranquilidad
se acomodan entre la gente formando una figura
y piensan algo acerca de esto.
Después, caminan en dirección a la arena seca,
rompen esa figura
para hablar del largo y del diseño de las escolleras.



Darío Rojo, Campaña al desierto, Ediciones Del Diego, 1993